A lo largo de mis 34 años de vida muchas personas muy cercanas a lo que hacía en ese momento se han ido de este mundo, por uno u otro motivo, puedo decir que estuve cerca de la muerte.
Aun en 5º de primaria Regner, un amigo al que apreciaba mucho falleció por una enfermedad que por falta de atención se complicó. El llevaba a vender en la escuela alfeñiques, turrones, también lo hacía en el estadio, nunca entendí como en esa época alguien se podía morir por una herida mal curada.
Mi primita Tatiana se murió cuando yo tenía 6 años, ella era un año menor que yo, creo fue por una bronconeumonía, la recuerdo aun porque la hacia andar en mi triciclo en la inmensa vereda de la casa de mis abuelos donde vivía.
Delia era una chica que vivía en frente de mi casa, tuve una relación un poco rara con ella, me gustaba pero nunca estuvimos formalmente, a veces nos besábamos (unas 2 o 3 veces al año) así durante toda la secundaria, crecimos juntos, éramos amigos también y compartimos muchas cosas como amigos, con mis hermanos y sus varios hermanos. Lo ultimo que recuerdo de ella es que cuando terminé el colegio y un día antes de venir a Lima a estudiar la encontré en una fiesta, bailé con ella y regresamos juntos de la mano, nos sentamos en la plazuela en frente de mi casa y estuvimos hasta tarde allí. Le dije que regresaría en un año, que me espere. No sucedió así, yo no regresé en dos años y ella se juntó con otra persona y se fueron a vivir a Chiclayo. Pasaron varios años y después me enteré que se había suicidado, nunca supe porque.
Luego de un par de años vi por la noticia que una pared había aplastado en Trujillo a dos albañiles, uno de ellos era su hermano, el chino, amigo de infancia, no puedo olvidarme de su cara siempre sonriente y regordete.
Marcelo fue un gran tipo muy trabajador que conocí ya en el trabajo, con quien estaba haciendo unos proyectos muy importantes y con quien al final de las faenas me sentaba a conversar de algunas cosas en su oficina, le estaban empezando a salir las cosas cuando un infarto lo llevó de este mundo, también me dolió, aprendí muchas cosas de el como la perseverancia y no temer a los proyectos nuevos.
El Tigre (Edgar Mejía) era un muchacho de la sierra que instalaba antenas y torres, su trabajo era de riesgo, yo lo contrataba para trabajos específicos durante unos 5 años, viajamos juntos por días, un día me llaman y me dicen que haciendo un trabajo en Huacho, la torre se cayó y el se golpeó la cabeza y murió instantáneamente. Me dejó con trabajos pendientes.
Así vamos en esta vida, algunos avanzamos al final y otros se adelantan tomando atajos, como dice mi tio David: Yo me pongo al final de la cola.......... Luego me acuerdo de mas..................
Thursday, June 12, 2008
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