Mi abuela

Mi abuela fue una mujer muy trabajadora, súper emprendedora, nunca estaba sin hacer algo, desde que tengo uso de razón siempre vendía algo. Tenía un restaurante en la casa, donde comían todos los visitantes del pueblo, era la referente en Saposoa, muchas chicas que trabajaron con ella después salieron de allí y pusieron el suyo propio y les iba bien, dicen que tenían su sazón. Era muy exigente con las cosas que se hacían para vender como la comida (será por eso que las chicas duraban poco), además de comida diaria hacía bizcochuelos, kekes, suspiros, turcas y panes. Siempre había algo que vender allí. Yo crecí en ese ambiente, ayudaba a servir los platos a los comensales, atendía vendiendo y por supuesto comía todos los dulces que había en el mostrador. Confieso que más de una vez cogí unos soles del cajón para comprarme caramelos donde don Jaime Rojas (QEPD) quien tenía una tienda al costado de la casa. De esa relación aprendí a trabajar de muy chico, eso si respetaban mis derechos, me daban mi propina cuando ayudaba, y me lo reventaba comprando alfeñiques, marcianos, turrones en la escuela.
Ya de adolescente ayudaba a mi abuela a hacer panes, a amasar en el batán, prender el horno de barro, sacar el carbón y hornear las latas de pan, lo hice muchas veces y me gustaba hacerlo. Hubiese querido tener las virtudes de mi abuela, ser emprendedor, optimista, riguroso, activo. Pero lamentablemente no soy así, heredé más bien como muchos en mi familia el pesimismo de mi abuelo, pero el me inculcó la lectura, recuerdo desde niño le leía la columna editorial del Diario Expreso cuando escribía Manuel D`Ornellas por los años 1985, quizás de allí nació mi interés en la política.
Cuantas cosas podría recordar de mi paso por la casa de mis abuelos cuando fui niño…..
Bye